Desde la primera vez que nos juntamos, sabíamos que esto venía muy bueno.
Con todos los amigos a quienes ya les habíamos tomado fotos, y con la buena onda desde el comienzo, la Mari y Gabriel se entregaron por completo a lo más importante en su día: pasarlo bien hasta el final. Y lo cumplieron. Desde la ceremonia en la Parroquia Nuestra Señora de los Ángeles, en El Golf, hasta llegar a la Casona de la Laguna, cada momento fue una celebración total.

Una familia entretenida, una pareja increíble y una energía que nos hizo conectar con cada foto, con cada instante. Lo pasamos increíble, y la fiesta… ¡de aquellas!